El cielo se está cayendo

La edición pasada del Reto Una Galleta un cuento resulté ganadora y para mí sobra decirlo, fue un privilegio que mis compañeras me hayan tomado en cuenta, pues ante sus delicias y verdaderas obras de arte no hay quien les haga competencia. Pero como esta vez me tocó elegir a mí, no pude perder la oportunidad de rendir homenaje a uno de mis cuentos favoritos de la infancia llamado El cielo se está cayendo o El pollito exagerado.

Cada noche, mi mamá me leía un cuento antes de dormir, mi favorito era El cielo se está cayendo, en el que un pedazo de hoja le cae en su colita a un pollito de granja y en torno a ello arma todo un lío puesto que piensa que el cielo se está cayendo. De una simple y fantástica suposición pasa a la histeria colectiva y todos los animales se ponen en riesgo en manos de la zorra que dice que los protegerá, pero en mi cuento la cosa no acababa nada bien. El libro de mi mamá creo que venía con una pequeña moraleja, en fin, no había que dejarse llevar por los rumores ni confiarnos de las palabras de una astuta y hambrienta zorra.

Total que ésta era la ocasión perfecta para sugerir a las mamis algunas recetas o manualidades para tener una fiesta con esta temática o con tema de granja, ya que en el cuento intervienen todos los animales.

En mi caso opté por algunas ideas. Por ejemplo, hice unas cajitas de plástico con la carita de un pollo rellenas de huevos de chocolate. Para ello usé fomi (goma eva) en color amarillo en el cual, con la ayuda de la tapa tracé un círculo que la cubriera y recorté, lo mismo que un pequeño copete y un pico en color naranja. Pegué con silicón, pinté los ojos con pintura textil (ultimamente me he vuelto fan, pero igual hubiera sido mejor pegar sólo unas calcomanías o poner dos puntos negros) y pinté dos mejillas sonrosadas con rubor y una brocha fina.

Luego hice estos pollitos que quería que fueran centros de mesa, pero no encontré flores amarillas, así que sólo los pusé por ahí, aunque bien podían ir en una guirnalda o pegados a la pared. Para ello ocupé fomi amarillo y naranja. Tracé la figura de un pollo, recorté las piezas, pegué con silicón a un palo de madera y decoré con pintura textil, que igual sirve pintura acrilíca o calcomanías (más sencillo, ya que venden planillas con varios pares de ojos a precios muy económicos).

También hice bolsitas de galletas cerradas con curly amarillo.

Y un pastel. Yo quería hacerlo de cero y traerles una receta. Pero el día que fui por los ingredientes no había harina más que de sabores. Entonces compre una caja de las que están listas para hacer, sabor vainilla. La preparé como indicaba la caja y dividi en dos. Una parte la metí a hornear en una charola y a la otra le puse colorante amarillo y la ralladura de dos naranjas además de un poquito más de azúcar. De esta forma me salieron dos panes muy delgaditos que corté en círculos y fui acomodando con chantilly uno sobre otro. Ni bien pude acomodar el chantilly, pues a veces en un lado colocaba mucho y en el otro nada por ello se me están ladeando un poco en la foto. Aunque el orgullo son mis pollitos, que hice con fondant (es la primera vez que hago) siguiendo una receta de youtube que empleaba bombones. ¿Qué les parece?

Espero que mi intento de fiesta les haya gustado y que pueda ser de utilidad. No se olviden de pasar a ver las recetas de mis amigas en el blog de Patty.