Pastel para los 40 ladrones

María Luisa de Mi dulce Valentina, ganó el mes pasado el reto Una galleta un cuento, por lo que para esta edición le tocó elegir y nos puso a trabajar con el tema Alí Baba y Los cuarenta ladrones, uno de los cuentos incluídos dentro de Las Mil y una noches.

Obviamente no podía negarme a participar en él, puesto que este cuento solía ponerlo mi mamá en su tocadiscos, puesto que estaba incluído en un disco junto con la canción de Heidi y algún cuento más. No había imagenes que acompañaban la historia, pero en mi mente todo estaba representado, era un audiocuento muy bonito, y los sonidos y la narración lograban transportarte a la historia. Luego leí Las mil y una noches y ahí me reencontré con esta historia, pero antes ya había visto algunas películas y representaciones de la misma, lo dicho, soy muy fan.

Para participar hice un pastel tesoro, cuya idea saqué de Pinterest, obviamente. Ya les cuento del proceso, pero antes, les invito a visitar el blog de Paty, donde podrán ver el recopilatorio con todas las propuestas:

Ingredientes:

• 1 1/2 tazas de harina.
• 1 cucharadita de polvo para hornear.
• 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio.
• 3/4 taza de azúcar.
• 1 zanahoria grande rallada.
• 1/2 taza de trozos de piña en almibar.
• 3 huevos.
• 5 cucharada de aceite.
• 1 cucharadita de canela.
• 1 cucharadita de vainilla.

Procedimiento:

Tamizar los polvos y mezclarlos en un bol. Luego agragar la zanahoria y a piña y revolver, después los huevos el aceite y la vainilla. Yo los he revuelto todos con una esptula. Luego en un molde para rosca previamente engrasado y enharinado hornee a 180° durante 20 minutos. La mezcla esponja bastante.

Luego la coloqué en una charola y al centro coloqué muchos chocolates de diferentes. Luego pusé un betún hecho con queso crema, crema chantilly y ralladura de dos naranjas además de vainilla. Con este betún tapé también el centro del bizcocho. Luego, encima coloqué las monedas de chcolate.

¿Les ha gustado el resultado? De esta forma tenemos un tesoro escondido, no en una cueva, sino al centro de un bizcocho.